jueves, 4 de diciembre de 2008
Las ventanas, de Guillaume Apollinaire
Del rojo al verde todo el amarillo se muere
Cuando cantan las aras en las selvas natales
Despojos de pihis
Hay un poema por hacer sobre el pájaro de una sola ala
Lo enviaremos como mensaje telefónico
Traumatismo gigante
Hace gotear los ojos
Mirá una chica linda entre muchachas Turinesas
El pobre muchacho se sonaba con su corbata blanca
Levantarás el telón
Y ahora mira cómo se abre la ventana
Arañas las manos tejían la luz
Belleza palidez insondables violetas
Trataremos en vano de tomar un descanso
Se empezará a medianoche
Cuando se tiene tiempo se tiene libertad
Bígaros Lota Soles múltiples y el Erizo de mar del poniente
Un viejo par de zapatos amarillos ante la ventana
Torres
Las Torres son las calles
Pozos
Pozos son las plazas
Pozos
Árboles huecos que abrigan a mestizas vagabundas
Los mulatos les cantan a morir
A las mulatas castañas
Y la oca cuá-cuá trompetea al norte
Donde los cazadores de ratones
Raspan las pieles
Diamante deslumbrante
Vancouver
Donde el tren blanco de nieve y de luces le huye al invierno
Oh París
Del rojo al verde todo el amarillo se muere
París Vancouver Hyères Maintenon Nueva York y las Antillas
La ventana se abre como una naranja
El bello fruto de la luz
Gentileza ediciones del Dock
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